Típica tonta historia inconveniente.

¿Cuantas veces me han dicho que si uno no se arriesga, nada obtiene? ¿Cuantas veces yo mismo lo he dicho? Estos últimos días me he estado dando cuenta de que la gente viene siempre a pedirme consejos que yo en realidad no escucho.

Hoy te vi en la mañana. En el colegio nadie parecía saber que tu y yo estábamos ahí. Te mire a los ojos y, no lo recuerdo, pero estoy seguro de que dije alguna estupidez. Es como si tu sola presencia me hiciera olvidarme del todo. Un droga. Una magia extraña. Así me haces sentir.

Mis amigos se codean creyendo que no los veo. Sonríes, sonrío. Pero no pasa nada más porque no me siento con el valor suficiente. Te vas y los colores se vuelven grises. Y te veo alejarte sonriendo y sé que algo sucedió dentro de mí solo por que te vi hoy.

Vuelvo con mis amigos y se ríen, tan solo para hacerme poner mala cara.

-¿Pueden ser más obvios?-pregunto sarcástico.

-Vamos, como si ella no lo supiera ya.

No se porque, pero temo que lo sepas. Pero ese mismo temor me hace sentir especial, porque, a pesar de todos sigues viniendo todos los días. Quisiera decirlo como el chico de aquella serie de TV: "Conocí a una chica. Hablamos. Fue épico. Pero luego vino el sol y la realidad se puso. Esto es la realidad aquí y ahora, contigo" pero lo único que consigo decir es "He estado escribiendo cosas que probablemente debo decirte". Y es verdad. Lo escribo todos los días en el aire, con el dedo mientras escucho a la maestra de historia hablar de la guerra fría. Guerra fría. Esta es una guerra fría entre yo y mas dentro de mí. Nadie gana. Siempre es lo mismo.

Ahora se que cuando me vaya a dormir pensaré lo mismo que ayer.

-Mañana, mañana se lo diré.

Y quizás lo haga. Quizás no. Es difícil. ¿O es que solo yo lo hago más difícil? Tengo miedo de que haya pasado mucho tiempo y que ahora no sea más que un amigo para ti. Pero luego imagino tu sonrisa y me da valor.

-¡Si, se lo voy decir mañana!

Y luego, en la mañana, esta típica tonta historia inconveniente se repetirá. Pero aún me queda la esperanza de que te veré. Quizás no diga nada. Pero allí estarás: en el receso, en mis clases, en la última hoja de todas mis libretas, en la música, en mi tarea. Haces que mi día no se típico, ni tonto, ni inconveniente. Eres la historia más hermosa que he contado y sigo sin saber como contarla en realidad.

La canción: You give me something de James Morrison